martes, 14 de marzo de 2023

Acida.

Iba de ensueño a su pesar. Vestía de rosa y se perfumaba dulce, contrastando con su humor ácido y sus comentarios helantes. Hablaba serena y reía a mares.
Muchas veces  pude contener mis palabras pero mis gestos se burlaron a mis espaldas y me delataron.

Que tengo bien definidas las cosas que odio, pero las que amo nunca estarán contadas ni listadas. 
Que puedes drogarme facilmente con M&M's, lentejitas o Full Cherry.
Que no necesito consumir algun alucinógeno para delirar y viajar a mundos muy surreales.
Que me río de todo y probablemente si empezamos a hablar de literatura Renacentista terminaremos debatiendo el grado de satisfacción de los cochinillos al sentir el barro. Envidiandolos. 
Que mis palabras son reales mientras suelto una sonrisa nerviosa.
Que creo casi religiosamente en el karma, porque pienso que todos nuestros actos se computan boomerangs y cuídate  porque regresarán y vendrán hacia ti.
Que desconfío despiadadamente de la gente, pero que pese a todos los pronósticos, me encariño muy rápido.
Que no soy cursi, es sólo que me inspiras inspiro muy fácilmente.
Que hay días en que me deprimo de la nada y puedo llorar casi imparablemente sólo para que con un gesto tuyo pueda recobrar mi alegría.
Que me tocas fuerte y al siguiente día parecerá que me peleé en WWE SmackDown.
Que puedo ser muchas para adecuarme. 
Que mis indirectas pueden ser muy directas.
Que me gustan los retos, y mientras más difíciles se tornen las situaciones, más me empeñaré en lograr mi objetivo.
Que no me conformo fácilmente, y en mi búsqueda de perfección estaré cayendo y esperando que TÚ alguien me levante.
Que no soy mucho pero soy lo necesario. Esencia. 

viernes, 27 de mayo de 2016

Call me when you get this...


Dicen que para escribir es indispensable sufrir 
Y no puedo quitarle razón a tantos poetas.
Tantas Veces - Calamaro


No, no por el camino de *me cayó limón en los ojos, volvió la inspiración*, nunca así. Imagino que se relaciona al hecho de que cuando estamos tristes es cuando intensificamos las conversaciones internas, esas que te das mirando al horizonte hablándote a ti mismo, por tanto las ideas revolotean en tu pequeña cabeza y posiblemente se te ocurran ideas interesantes o no, igual querrás plasmarlas.

Supongo que hay mucho de razón, pues así lo manejé mucho tiempo. Sin embargo...

Llegó un momento en el que esas conversaciones internas pensando en la nada que significamos me hacían sonreír, y mis teoremas de la vida mismo te incluían dentro.

Quiero escribir sobre tus risas y lo contagiantes que son;
 Sobre tus incoherencias y mi pequeño grado de sensatez; 
del solo hecho de cuidarnos el uno al otro 
o de los silencios necesarios. 
Solo quiero escribir de ti, 
haciéndome feliz.